Cinco personas, entre ellos tres menores de edad, murieron el sábado cuando un chofer perdió el control de su furgoneta y se desvió sobre la acera, atropellando a miembros de una familia que salía de un partido de los Marlins.
Los fallecidos, que fueron trasladados al Centro de Trauma del Hospital Jackson Memorial donde fueron declarados muertos, incluyen una niña de 10 años, una joven de 13, un varón de14 y una mujer de 50, todos miembros de una sola familia proveniente de Georgia.
Las autoridades no pueden confirmar, hasta el momento, si la mujer era la abuela o madre de los menores. Aparte, también murió el chofer de la furgoneta.
Las autoridades dijeron que el chofer posiblemente tuvo un ataque cardíaco alrededor de las 7:30 p.m., mientras conducía su furgoneta Dodge roja en dirección este sobre la calle 7 del noroeste, a solo dos cuadras del estadio.
Testigos dijeron a la policía que el hombre perdió el control y se subió a la acera, por donde pasaba en ese momento los miembros de la familia que resultó atropellada.
La furgoneta derribó varios metros del pasamanos de metal que bordean un edificio de apartamentos en el 1760 de la calle 7 del noroeste para detenerse frente la entrada del estacionamiento del edificio.
Un hombre que iba en bicicleta sobre la acerca también fue herido en el choque. Esa persona es el único de los sobrevivientes que no estaba en condición crítica el sábado por la noche, dijo Simmons.
Testigos escucharon el estruendo del choque desde sus casas a más de una cuadra del lugar. Luego escucharon los gritos.
“Parecía que era el abuelo dando gritos”, dijo Osvaldo Romero, quien salió de su casa cuando escuchó la colisión.
Simmons confirmó que un hombre mayor de edad, que posiblemente es abuelo de los pequeños, fue tratado por los médicos en el lugar del choque.
Las autoridades bloquearon el área por horas después del accidente para recoger evidencia en la escena. La furgoneta permanecía sobre la acera, que estaba manchada de sangre. Residentes del edificio de apartamentos miraban desde sus balcones.
A una cuadra del lugar, una familia que se había estacionado en el parqueo del edificio de apartamentos se preguntaba cuándo la policía les permitiría salir en su auto. La madre, que no quiso ser identificada, dijo que habían salido del partido de los Marlins contra los Phillies.
Cuando supo de la tragedia, dio las gracias a Dios que su familia no fuera la afectada.
“Uno sabe a qué hora sale de su casa pero no puede saber si va a regresar”, dijo.
Nota de Melissa Sánchez
Via Elnuevoherald
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