22 de septiembre de 2011

El satélite 'UARS' caerá mañana por la tarde

La NASA señala que, a medida que pasan las horas y se acerca el momento de la reentrada del satélite, los expertos irán refinando sus proyecciones orbitales para determinar la hora y lugar del final del UARS, que se convertirá en una estrella fugaz de seis toneladas y origen artificial.

El satélite incontrolado UARS sigue perdiendo altura. En los últimos días su órbita, ligeramente elíptica, ha descendido de 215 por 240 kilómetros a 190 por 205 esta madrugada, según el último parte de la NASA


Los expertos estiman, con los datos de seguimiento, que la reentrada en la atmósfera terrestre del artefacto se producirá el viernes por la tarde y que en ese tiempo no estará pasando sobre Norteamérica, puntualizando que es aún demasiado pronto para predecir el momento y localización de la reentrada con mayor precisión. 


El UARS (Upper Atmospheric Research Satellite), con casi seis toneladas, y diez metros de largo por cuatro y medio de diámetro, puede estar dando tumbos en órbita, sin una orientación fija, lo que dificulta la proyección de su trayectoria para determinar el momento en que llegará a la alta atmósfera terrestre. 


Además, hay que tener en cuenta otro factor que añade un alto grado de incertidumbre: el efecto de la actividad solar.



La NASA ha reiterado que la probabilidad de que algún trozo del satélite que no se destruya en la reentrada (piezas de titanio y de acero inoxidable, sobre todo) produzca heridas a una persona es muy baja, una entre 3.200. Pero la probabilidad de que le caiga a alguien en concreto ("¿Me puede caer a mí?") es de una entre varios billones, informa Space.com.Dada la superficie oceánica del planeta, lo más probable es que caiga al mar.
"Conocemos muy bien el valor medio de la actividad solar, pero es muy complicado determinar el valor puntual", explica Miguel Belló-Mora, director de la empresa espacial españolaElecnor-Deimos. "Si aumenta la actividad del Sol se calienta la atmósfera, incrementándose su densidad, con lo que el rozamiento del satélite es mayor y cae antes", añade este ingeniero aeronáutico especialista en dinámica orbital. A partir de una altura crítica de unos 150 kilómetros, dice, la resistencia que encuentra el satélite es considerable y "cae casi como una piedra".
Como el UARS da una vuelta a la Tierra cada hora y media, un margen de una hora en la predicción varía radicalmente la zona de caída.

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