El oro sigue con su imparable ascenso estival y cerró la semana pasada en 1.597$ – a un suspiro de la marca psicológica de los 1.600$ por onza troy.
La estacionalidad es muy importante en los mercados de materias primas, así que esta subida fuera de temporada tiene especial relevancia: marca un cambio en la percepción el público general está redescubriendo la naturaleza monetaria del oro, mal que le pese a Bernanke.
Aquellos activos que tradicionalmente se veían como valores refugio – bonos del estado, y especialmente bonos USA – están empezando a perder su atractivo, por lo que tan sólo estamos viendo caer las primeras gotas de una tormenta.
Europa sigue enredada en las negociaciones del rescate griego, que esta vez estan siendo algo más duras. Cabe destacar que Angela Merkel y Jean-Claude Trichet no se ponen de acuerdo sobre el papel que el Banco Central Europeo debe jugar en la propuesta sobre los “bonos de rescate”.
Resultará interesante observar cuán dura será la lucha del BCE por preservar la poca independencia que le queda. Lorenzo Bini Smaghi ya sugirió muy amablemente que el EFSF, el fondo de rescate europeo, debería comprar bonos el mercado abierto, así que podríamos vivir una versión europea de la flexibilización cuantitativa. Sea cual sea el eufemismo o instrumento elegido, podemos estar seguros que implicará crear dinero de la nada para comprar deuda sin valor a precios inflados.
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