Una de las grandes atracciones de la jornada fue la participación del chileno Edison Peña, uno de los 33 mineros que permanecieron atrapados bajo tierra durante 69 días, quien finalizó el recorrido con las rodillas hinchadas y adoloridas, envuelto en la bandera de su país, luego de 5:40.51 horas.
Con bolsas de hielo en las piernas lo recibió una multitud que coreaba “Chi, Chi, Chi, le, le, le”, luego de que un grupo reducido lo acompañó los últimos metros, cuando ya no pudo soportar el trote y prefirió caminar hasta la meta.
Entrevistado más tarde, Edison Peña, quien había anunciado su deseo de disputar este Maratón, además de referir su admiración por Elvis Presley, dio muestra de su fe religiosa como suplemento del entrenamiento de los corredores.
“Si le demuestras a Dios que estás dispuesto a luchar, te escucha mejor que si te rindes. A Dios no le gusta que nos demos por vencidos” aseguró Peña, de 34 años, al hablar de su entrenamiento con botas de minero y un durmiente de vías de tren atado a su cintura mientras entrenaba atrapado bajo la superficie terrestre.
El minero, quien llegó para correr a la urbe de hierro sin recursos propios, pero con boletos de la organización, se dio a la tarea de conseguir zapatos tenis, que le proporcionó de inmediato una firma, la cual obtuvo más publicidad por ese donativo que por pagar un anuncio en el Supertazón.
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