El primera base de los Gigantes, Aubrey Huff, vio a Sam Perlozzo darle la señal de detenerse a Oswalt cuando Plácido Polanco disparó un hit al jardín central, así que Huff atrapó el tiro antes que la pelota llegara al plato.
"Es una de esas jugadas de reacción", dijo Huff. "Mientras llegaba al montículo miré al coach de tercera base, y él tenía las manos arriba".
Oswalt siguió adelante con un amplio giro sobre la almohadilla de la antesala y anotó para colocar el marcador 3-1. Pero más importante aún, los Filis pudieron anotar tres carreras más en la séptima con doblete de Jimmy Rollins y bases llenas contra Santiago Casilla.
"El tiro estaba certero y lo hubiese sacado de out, así que yo tenía que dejarlo ir", dijo Huff. "El batazo no fue tan profundo y vi las manos arriba, y esa fue mi reacción".
"No hay duda, lo teníamos muerto. Él [Oswalt] era out por 10, 15 pies. Pero Aubrey pensó que se iba a detener y por eso cortó el tiro", dijo el manager de los Gigantes, Bruce Bochy, quien agregó que Oswalt "se comió la señal de detenerse".
Aunque se apuntó la derrota con tres carreras permitidas (dos limpias), el zurdo puertorriqueño Jonathan Sánchez volvió a darle una gran actuación a los Gigantes con siete ponches en seis entradas y cinco hits, pero lució un tanto descontrolado al otorgar sus tres pasaportes de la noche en la primera entrada, incluyendo un boleto gratis a Rollins con las bases llenas para darle la ventaja a Filis 1-0.
"Así es el béisbol. Tú no puedes tener expectativas de nada", dijo Sánchez. "A veces uno sale allá afuera con sus mejores lanzamientos y recibe una derrota, y otras veces no tienes nada y ganas el partido".
Ahora los Filis visitan San Francisco con la serie empatada 1-1. Cole Hamels se medirá a Matt Cain en el Juego 3.
"Yo quería los dos juegos, pero ahora hay que ir a casa y ganar el Juego 3", concluyó Sánchez, quien se perfila como abridor del Juego 6 en Filadelfia, de ser necesario.
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