(Foto cortesía NYDN)
Un trabajador dominicano de construcción, José Paulino, de 29 años de edad, salvó milagrosamente su vida tras caer estrepitosamente desde el piso 16 en un edificio donde laboraba para remodelar la fachada.
El accidente ocurrió a las 2:15 de la tarde del 24 de diciembre en el inmueble de 20 pisos situado en la calle 38 y Octava avenida en Manhattan. Paulino, que está internado en el hospital San Vicente, se precipitó al vacío cuando la tabla que soportaba el andamio, se rompió bajo sus pies, pero su "aterrizaje" fue amortiguado por otro andamio sobre el cual cayó en la octava planta.
Paulino cayó mientras trabajaba en el desmantelamiento de los andamios, luego de concluir los trabajos de la fachada. Se rompió cuatro costillas y sufrió fuertes golpes en el cuello, hombros y piernas. Médicos que lo atienden dijeron que a pesar del impacto y las lesiones, el dominicano podría ser dado de alta este lunes.
"Di un paso en falso y de repente, me vi cayendo, cayendo...", relató Paulino.
Explicó que cuando se precipitó sentía que estaba "volando", pero tuvo la sensación de le sucedía a otra persona. “Lo primero que pensé fue tratar de agarrarme de algo, pero no encontré nada y creí que iba a morir", agregó.
"Me siento afortunado de la vida y de estar vivo, eso fue, un gran milagro", dijo el trabajador criollo.
Su hermano Juan dice que fue horrible ver caer a su pariente y que en esos momentos vivió un infierno. "Pensé que mi hermano había muerto con el impacto".
Para suerte de José, su pecho hizo las veces de "amortiguador" para frenar un poco la fuerza de la caída. Varias vigas metálicas, también ayudaron a amortiguar la caída de José, con las que chocaba mientras bajaba en el aire y las que frenaron sus descenso.
Juan indica que San Vicente Ferrer, el santo patrón de los trabajadores de la construcción, quiso que su hermano sobreviviera para que compartiera las navidades con su familia. "La navidad es una época para los milagros y este es uno de esos", añadió Juan.
"Este es el mejor regalo de navidad y le doy gracias a Dios por eso", expresó el dominicano accidentado.
La familia del trabajador criollo lo visitó en el hospital y su madre María Rosa de 52 años de edad, su esposa María y sus hijos Yailín (2) y Darwin (4), acompañados por hermanos, primos, sobrinos y compañeros de trabajo, le llevaron su plato favorito que es el salcocho.