Fuente/ESPN.COM
Pacquiao ofreció otra enésima exhibición arrolladora al derribar el sábado dos veces a Cotto y dejarle el rostro cubierto de sangre hasta que el árbitro se apiadó del puertorriqueño y detuvo el combate cuando faltaban 55 segundos en el duodécimo asalto.
El filipino Pacquiao desquició a Cotto con su impresionante velocidad y fuerte pegada con ambas manos para adjudicarse su séptimo título mundial en siete divisiones. Si había alguna duda, pues ya no la hay: Pacquiao certificó con creces que es el mejor boxeador libra por libra del momento.
Cotto sufrió una paliza como pocas. Fue tanto el castigo que recibió que su rostro quedó cubierto del rojo de la sangra por el impacto implacable de los golpes de Pacquiao, pero se negó a rendirse pese a que desde su esquina se trató de tirar la toalla tras el undécimo asalto. Tras la pelea, Cotto fue trasladado a un hospital local para recibir atención.