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6 de noviembre de 2009
Alex Rodriguez dice que pagó vieja deuda
El último out cayó en el guante de Mark Teixeira, y Álex Rodríguez levantó ambos brazos para celebrar el triunfo antes de correr hacia el infield y abrazar al primera base mientras el resto de los Yankees de Nueva York se amontonaban.
Rodríguez había acumulado dinero en el banco y premios como Jugador Más Valioso bajo su manto.
Hoy tiene la única distinción que había deseado: un anillo de campeón de la Serie Mundial.
Después de seis temporadas de imparables y cuadrangulares, angustias y dolores de cabeza, finalmente obtuvo el galardón soñado.
Llegó al entrenamiento de pretemporada exhibido y avergonzado, etiquetado como un consumidor de esteroides en sus años con Texas.
“Debía una disculpa”, dijo el pelotero. “No sólo a mis compañeros de equipo y a toda la organización, sino a cada uno de los aficionados de todo el mundo”, señaló.
Semanas más tarde, terminó en una mesa de operaciones en Colorado, sin estar seguro de si lograría regresar al terreno de juego.
Cuando volvió al diamante luego de su cirugía, tuvo una temporada de superlativos.
Y luego eliminó la reputación de cero productividad en octubre que se había adherido a él tanto como sus tres títulos de Jugador Más Valioso de la Liga Americana, logrando una actuación al estilo Reggie Jackson y Derek Jeter.
A-Rod había bateado de 59-8 (.136) en playoffs desde el 2004 y no tenía imparable en 18 turnos consecutivos en postemporada con corredores en posición de anotar.
Pero éste fue un A-Rod nuevo, liberado y transformado en su 16ta temporada en Grandes Ligas.
Finalmente comenzó a madurar a los 34 años de edad, eliminó las distracciones ocasionadas por su contrato de 275 millones de dólares y a un séquito de manejadores que adquirió de Madonna. Resplandeció en su relación con su nueva novia Kate Hudson.