El dueño de un restaurante del Bronx confesó a La horalatina que Carlos Manuel "El Zafiro" ha vuelto a sus andadas, internándose de nuevo en el mundo de las drogas, con el ímpetu de sus peores días y que tiene la misma fachada cadáverica que llevó a mucha gente del medio a acudir en su rescate.
Que canta hasta por un pedazo de piedra en cualquier barra de mala muerte, y lo más sorpresivo, que como anda calle arriba, calle abajo, en una bicicleta, se decidió por contratarlo los fines de semana para entregar Deliverys, junto a otro amigo músico cuyo nombre omitió, pero del que dijo está también atrapado en el mundo de los vicios.
Ambos se trasladan por los distintos puntos de Nueva York entregando fundas de comida, y a cambio reciben propinas de entre 1 a 2 dólares, además de US$50 por jornada. "Venían a pedir, como dos mendigos, y entonces les ofrecí el trabajo para que se ganen limpiamente el dinero", precisó el empresario, que pidió anonimato.
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