13 de mayo de 2009

David Ortiz afirma que su declive está lejos de llegar


Las paredes se están cerrando sobre David Ortiz. Él puede sentirlo, es como una brisa fría de dudas soplando entre cada lanzamiento que abanica, pujante y constante, una piedrita que hace mella duramente dentro de sus zapatos: un promedio de bateo de .224 y, lo peor del caso, ningún cuadrangular en 116 turnos al bate de parte del bateador zurdo más temido en esta ciudad desde los días de Mo Vaughn y, antes de eso, de Carl Yastrzemski. El Yaz de la década de 1960, claro.

"Tengo algo para ti", me dijo el miércoles pasado antes de que el lanzador de Cleveland Carl Pavano derrotara a los Medias Rojas por 9-2 en el Fenway Park.

"Me quedan cinco meses. Te garantizo que no voy a terminar así. ¿Tú piensas que ésta es la primera mala racha de mi carrera? En el 2003 estuve 55 turnos sin batear un jonrón. Terminé con 31. Y puedes buscarlo en las estadísticas, si quieres".

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