Una vez revelado el nombre del joven que se atribuye las filtraciones de la NSA, ahora queda por saber qué pasará con su futuro.
Se llama Edward Snowden, tiene tan solo 29 años y hasta hace tres semanas trabajaba como técnico de la Agencia de Seguridad Nacional.
Su confesión al diario The Guardian desde Hong Kong hizo que explotara el escándalo, pero el joven se defiende: “lo hice para salvar al mundo” y actuó con conciencia para proteger “las libertades básicas de la gente de todo el mundo”.
El joven soltó la “bomba” de la existencia de una red de espionaje secreta del gobierno sobre ciudadanos estadounidenses y extranjeros a través del control de sus llamadas y su uso de Internet.
Ahora Snowden se pregunta qué será de él y su futuro, aunque hay algo que sí tiene claro y reconoce que “todas las opciones son malas”.
Las principales opciones son: una extradición a EEUU o una llamada de presión desde el gobierno chino para revelar más información sobre el sistema de defensa e inteligencia de EEUU.
“[En EEUU] Dirán que he roto el Acta de Espionaje y ayudado a nuestros enemigos, pero eso no puede ser usado en contra de nadie que dé cuenta de cuán masivo e invasivo se ha convertido el sistema”, aseguró Snowden.
Pero Snowden aún podría contar con algún país aliado, ya que por su parte, las autoridades de Hong Kong o de China, según su legislación, pueden negarse a un hipotético pedido de extradición de Washington.
Actualmente, Snowden está radicado en Hong Kong y dijo que eligió ese destino porque “tiene un comprometido espíritu de libertad de expresión y del derecho a disentir políticamente” y porque cree que es uno de los pocos lugares del mundo que podría y querría resistirse a las órdenes del gobierno estadounidense.
El ex empleado de la CIA agregó que también planea pedir asilo a Islandia, cuya reputación es la de apoyar “a los que defienden la libertad en internet” o “en cualquier país que crea en la libertad de expresión y que se oponga a los abusos contra la privacidad global”.
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