23 de noviembre de 2011

Collares con moneda antiguas en San Cristóbal

Nota Jose Pimentel
Un sancristobalense, Agustín Perozo Barinas,  está ensamblando ciertas monedas dominicanas del pasado reciente a modo de collares para su venta al público.

-¿Y por qué estas monedas para emprender esa idea?.
-“Pues requería una novedad que incitara interés. Estas monedas se relacionan emotivamente con las vivencias de los dominicanos nacidos desde mediados de la década del 30 hasta los años 70 del siglo pasado, ya que eran las únicas en circulación.

La belleza del diseño también fue un estímulo. Y para los extranjeros que valoran la historia de los pueblos, estas monedas son precisamente eso: parte de la historia dominicana”.
-Entonces, ¿hubo otra inspiración para estos collares?
-“Claro que sí! La silueta grabada en las monedas que representa al cacique Enriquillo y el concepto de libertad. Por ello el nombre que le puse a las piezas.

La raza nativa luchó, con todas las providencias en su contra, por una libertad que era su condición social en la isla, violada por la Conquista. La montura de las monedas en su aro de plata no afecta la integridad de las mismas.

Esta labor la realiza un experimentado joyero sancristobalense. Todas las partes que componen los collares son de calidad superior pues da prioridad al valor agregado de estas piezas”.
-¿Por cuánto tiempo circularon estas monedas y de qué están hechas?
-“Durante casi medio siglo... Su circulación inició en 1937 cuando el Estado Dominicano decretó que las monedas dominicanas tuvieran las mismas denominaciones que las de Estados Unidos.

Esto es, monedas de cobre de un centavo y monedas con aleación de plata de 5, 10, 25 y 50 centavos. Las de 10, 25 y 50 centavos tuvieron un alto contenido de plata hasta 1961 y en lo adelante una aleación de níquel y cobre hasta 1975”.
-¿Cuándo dejan de acuñarlas?
-“En el año 1975, dando paso a otras monedas de distintos diseños y denominaciones. Sin embargo continuaron circulando hasta bien entrada la década de los 80.

Con el incremento de precios de los metales en las décadas de los sesenta y setenta, nuestras monedas tenían un mayor valor intrínseco que su valor facial.

En otras palabras, su contenido en metales valía más que su valor de intercambio. Y negociantes oportunistas sencillamente las adquirían para fundirlas, separar los metales y revenderlos”.
PRECIO
Perozo Barinas hace hincapié que el limitado número de estas monedas incrementará su valor con el tiempo. Como coincidiendo, le pedí el precio de estas llamativas piezas de orfebrería sancristobalense y cómo adquirirlas:
-“Por ahora oferto dos propuestas. Para damas, el collar cacica Anacaona, en tres mil pesos y para caballeros, el collar cacique Enriquillo, en tres mil quinientos. La diferencia de valor radica en el tamaño.

El primero porta una moneda de 25 centavos que llamábamos ‘pesetas’ y el segundo una moneda de 50 centavos o ‘medio peso’.
El propulsor del proyecto gestiona la colocación de estos collares en tiendas de regalos en los aeropuertos y puertos turísticos del país, pues entiende que allí tendrían mayor exposición dado el alto tránsito de viajeros. Y a través del Internet para ventas directas.
- ¿Y cómo te localizan las personas interesadas?
-En mi número directo 809-678-0019 ó mi e-mailagustinperozob@yahoo.com También escribiendo la frase ‘Collares Enriquillo’ en cualquier navegador, como Google o Yahoo, donde hay más información en cinco idiomas con fotos adjuntas. También en Facebook.


Via Almomento.net

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