9 de marzo de 2017

Dominicana tendrá su primer partido este jueves en el Clásico Mundial

Si el béisbol figura entre las pocas cosas que los dominicanos no se sienten segundos de nadie (o lo mismo que las condiciones para ganarle a cualquiera) desde esta noche habrá la oportunidad de ratificarlo con resultado colectivo, tras hacerlo en la principal prueba internacional (2013) sin contar con un equipo forrado, pero compacto.

Durante siete meses cada año desde 1956 los peloteros se transforman en los principales embajadores dominicanos en los Estados Unidos, portadores de gran volumen de noticias positivas, remesadores compulsivos, símbolos del potencial de esta media isla e inspiradores de océanos de sueños alrededor de jóvenes.

Canadá es ese primer obstáculo en un torneo donde sobran las sorpresas (más habituales en el béisbol que en otros) antes de llegar ante el rival de más respeto el sábado (Estados Unidos) y terminar el domingo ante una Colombia que no tiene nada de cenicienta. Ryan Dempster, que cumple 40 años en mayo y no lanza en ninguna liga desde 2013, será el responsable de agotar los primeros 65 lanzamientos frente al equipo dominicano esta noche cuando arranque el Clásico Mundial de Béisbol en Occidente.

Con una carrera decente de 16 temporadas (132-133 y efectividad de 4.35), Dempster es un derecho que apareció en dos Juegos de Estrellas (2000 y 2008) y fue sexto en las votaciones para el Cy Young de 2008 para los Cachorros en su mejor campaña (17-6, 2.96).

Su bola rápida nunca superó en promedio las 92 millas, pero ante los quisqueyanos que enfrentará hoy fue dominante. Los seis integrantes del cuadro criollo que se enfrentaron a él les batearon para .240 (83-20) con 18 ponches recibidos.

José Bautista (24-5/.238), Adrian Beltré (18-3/.167), José Reyes (17-4/.235) y Manny Machado (15-4/.267) son los que más lo conocen.

Tras lanzar para los Medias Rojas en 2013, Dempster no consiguió trabajo, se retiró y no contempló volver a lanzar hasta el verano pasado cuando en unas vacaciones en California su ex compañero Corey Miller le pidió que le lanzara en una preparación para una exhibición y tras 60 pitcheos al día siguiente no sintió dolor en su hombro. Ahí se ilusionó para cumplir su sueño de niño de representar a Canadá como adulto, luego de hacerlo en 1994 en la categoría junior.

Freddie Freeman es el bate de más peligro. Nacido en California de una pareja canadiense va al evento para honrar a su madre que murió de cáncer cuando él tenía 10 años. El inicialista es de las escasa piezas intocables en el nuevo proyecto de los Bravos.
Composición del grupo


La novena que llegó anoche a Miami simboliza lo incrustado que está el béisbol en el ADN dominicano, en toda su geografía y hasta el exterior, con gran peso en el Gran Santo Domingo, la zona donde reside alrededor del 40% de la población.

Un petromacorisano es el capitán (Robinson Canó) en segunda base, un puertoplateño abrirá el juego de hoy (Carlos Martínez), le recibirá un fornido receptor de San Isidro (Welington Castillo), en primera estará uno de Santo Domingo Este (Carlos Santana), en la antesala uno de Herrera (Adrian Beltré), en los jardines dos villamelleros (Gregory Polanco y Starling Marte), en la otra esquina un capitaleño de Los Cacicazgo (José Bautista) y un montecristeño como bateador designado (Nelson Cruz).

En el campo corto (Manny Machado) y un relevista importante (Dellin Betances) estará representada la amplia diáspora (Mel Rojas también nació en Indiánapolis mientras su padre delanzaba en el Big Show), pero también habrá de San Juan de la Maguana (Jean Segura), La Vega (Jonathan Villar), Santiago (José Reyes y Joaquín Benoit), Samaná (Fernando Rodney y Wily Peralta), La Romana (Fernando Abad, Jumbo Díaz y Samuel Deduno), Barahona (Edinson Vólquez), San Cristóbal (Jeurys Familia y Héctor Neris) y Bonao (Hansel Robles).

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