13 de noviembre de 2016

Asi es el actual barrio del nuevo presidente EEUU

Donald Trump va a mudarse a la Casa Blanca, pero, hasta que lo haga, el 45º presidente electo de EEUU permanece en su penthouse de la Quinta Avenida, en lo alto de la famosa Trump Tower.

Después de los inesperados resultados de las elecciones presidenciales, no es de extrañar que este edificio se haya convertido en uno de los lugares más visitados de la Gran Manzana y, aunque muchos neoyorquinos suelen evitar esta área de Midtown, ya no sólo los viajeros se dejan caer por allí para tomarse una foto.


Estos días, la imponente torre escalonada ha recibido la vista de miles de vecinos curiosos, medios de comunicación y, por supuesto, muchos (muchísimos) manifestantes y activistas.
Curiosos, medios, activistas y… trabajadores

La Quinta Avenida de Nueva York es sinónimo de negocios lujosos, ostentación y turismo. Ríos de personas la visitan cada día para pasar un día de shopping no apto para todos los bolsillos. Gucci, Louise Vuitton, Bvlgari, Giorgio Armani y, por supuesto, Tiffany & Co son las marcas que rodean la residencia actual del futuro presidente Trump.

Sin embargo, también son miles los empleados y obreros que se desplazan cada día a trabajar en los restaurantes, puestos y construcciones de la zona. Muchos de ellos son hispanos y, lejos de asombrarse de la grandiosidad de las tiendas, las evitan a toda costa. Hoy en día, más que nunca.



“Yo prácticamente vivo aquí. Todos los días vengo desde Queens a Midtown porque trabajo en un restaurante como chef. Ahora la Quinta Avenida, sobre todo a la altura de la Torre de Trump, se ha puesto incluso más popular. Me han dicho que han puesto unas vallas y unos muros alrededor para protegerla, ¡qué exagerado! Yo evito pasar por la zona porque ahora es una locura.

Allí pusieron la sede de la campaña republicana y arriba está su apartamento… hasta que se mude, claro. 

Pero según me han dicho uno de sus hijos se va a quedar al cargo en el edificio, así que seguiremos viendo mucha seguridad y… tanta gente. Es mejor evitarla porque el turista va muy lento y el que viene trabajar no tiene ese tiempo, ¿sabes?”, explicaba resignado Jammy Barillas, un salvadoreño que trabaja en el hotel Park Lane, en la calle 59.

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