26 de agosto de 2016

Liondy Ozoria: "Me cerraron puertas, pero Dios siempre ha metido su mano”

Cuando Liondy Ozoria decidió incursionar en el mundo de la ventriloquia muy pocas personas creyeron que ese oficio resultaría exitoso y le daría la fama de la que hoy disfruta. El éxito en la carrera de este artista no ha alterado su personalidad alegre y humilde. Cualquier persona que hable con él puede darse cuenta que tiene los pies bien puestos sobre la tierra y que además profesa valores positivos como la importancia del trabajo.

Entrevistado en el programa radial “Mujer Moderna Radio” que se transmite por Fidelity 94.1 FM, Liondy Ozoria narró parte de su historia en el arte de la ventriloquia. Explica fue en el año 1999 cuando comenzó a tratar de inmiscuirse en ese arte. “Me llamaba la atención ver algunos ventrílocuos que llegaban al país, yo me descubría el truco, y pesé que con eso se podía ganar dinero”.



Con la jocosidad que lo caracteriza, cuenta que una vez agarró la cabeza de un muñeco y le dio un susto a una niña que salió huyendo cuando le habló. Se sorprendió mucho al ver que la menor creyó su actuación y fue entonces cuando entendió que, quizás, si le dedicaba tiempo a la práctica, entonces podría monetizar la ventriloquia.

“Con el mismo muñeco me fui a casa, yo era tapicero con mi papá, sé coser y me puse a hacerle cuerpo al muñeco en la máquina de coser, hice el muñeco y ahí empecé a practicar muchísimas veces, me trancaba y en mi casa pensaba que iba a quedar loco porque yo salía a cada rato a decirles ¡vengan a ver ahora! ¡vengan a ver esto!”, expresó emocionado.


Además de saber…hay que tener gracia
Liondy Ozoria es de los que sabe que la reparación es importante. Al compartir su experiencia asevera que es difícil convertirse en ventrílocuo, pero no imposible. Asegura que cualquier persona puede aprender y que él también puede enseñar a hablar con la boca cerrada pero si no se tiene gracia para agradar al público, entonces no habrá mucho qué hacer.

“Hay cosas que Dios pone en un ser humano y una de ellas se llama gracia y para pararte frente a un público hay que tener ese don y más si no te conoce nadie, el compromiso de hacer reír es muy difícil, no solo en esa área, sino en el mundo del humor”, manifiesta.

Además de ventrílocuo, Liondy Ozoria estudió publicidad y, según expresó, fue un estudiante innato pues hacia caricatura de los vecinos cuando era niño y se le daba muy bien.

El salto a la televisión lo da cuando participó en un concurso del programa “Cuánto vale el show en el 2002”, en el que ganó el segundo lugar. Asegura que lo hizo porque necesitaba dinero para salir de la crisis económica que atravesaba.

“Para salir de la olla, pero cuando vi que en la final terminé mi rutina y la gente se paró, me aplaudió, un escenario completo, entonces me dije hay un dinero que hay que buscar”, añade.

Ozoria cuenta que pasó mucho trabajo y que fueron muchas las veces que trataron de desanimarlo: “Me cerraron puertas, pero Dios siempre ha metido su mano”.

Su familia

Para este artista su familia es muy importante y es por eso que se ha querido esforzar para que lo que sus seguidores vean en las redes, sea lo real.

“Hay mucha gente que solo está posando para el medio, yo he querido últimamente aprovechar mi plataforma en las redes para promover positivismo y amor, la familia, el sentido común, porque no sirve de nada tener miles de seguidores en las redes sociales si no pueden absorber nada bueno de ti”, sostiene.

Afirma que gracias a su esposa ha sido más próspero y organizado, valora mucho a su madre y a su hermana, que, según él, es la que le da buenos consejos.

Sentimental

A Liondy Ozoria lo sensibiliza bastante las situaciones de los demás. No necesariamente del más pobre sino de la situación personal de los demás, todo el mundo tiene algo que le preocupa. Cuando yo veo gente que supuestamente tiene todo, a veces están más tristes, mientras que quien no tiene nada aprende a ser feliz con las pocas cosas que le dio la vida”.

Se define como un hombre que no que no tiene problemas con nadie y profesa como filosofía de vida una frase que ha acuñado como suya “solo repercute aquello a lo que yo le doy importancia”.

Nota de Patricia Reyes

Via z101digital

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