8 de junio de 2016

Marichal agradece estatua frente al estadio Quisqueya lleva su nombre

A sus 78 años, 33 después de recibir en 1983 el gran homenaje de su exaltación al Salón de la Fama del Béisbol de los Estados Unidos, Juan Marichal vivió lo que confesó que nunca se esperó: que se develizara una estatua en su honor frente al sexagenario estadio Quisqueya de Santo Domingo, un año y cuatro meses después de que fuera rebautizado con su nombre.

Con características similares a la instalada 11 años antes (2005), en el estadio AT&T Park por los Gigantes de San Francisco, en California, franquicia con la que exhibió su grandilocuencia de seis temporadas con 20 o más triunfos, camino a un total de 243 y efectividad de 2.89 de por vida, más otras hazañas inalcanzables en estos tiempos por un lanzador, al propio Marichal se le permitió descubrir su figura bronceada de 2.5 metros de alto, con pierna levantada, marca sinónimo de la elegancia al lanzar que exhibió en su esplendor y que le valió ser denominado como el “Dandy dominicano”. 


Está levantada sobre una base de 1.60 metros.

Fue en un acto realizado el martes 7 de junio de este 2016, convocado por el Ministerio de Deportes, que mandó a ejecutarla en nombre del Gobierno Dominicano, y que lo organizó junto a la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana. Numerosas personalidades del deporte nacional, en especial del béisbol, familiares del homenajeado, ciudadanos y la prensa se dieron cita.

Un gesto que Juan Antonio Marichal Sánchez (nacido el 20 de octubre de 1937, Laguna Verde, provincia Monte Cristi, noroeste del país), agradeció al presidente de la República Danilo Medina, en primer término, por haber promulgado el 15 de febrero de 2015 la Ley 11-15 con la cual se designó al más celebrado parque de béisbol dominicano como Estadio Quisqueya Juan Marichal.

En iguales término al ministro de Deportes, doctor Jaime David Fernández Mirabal, por la puesta en ejecución de la obra; al presidente de la Liga de Béisbol, doctor Leonardo Matos Berrido, “quien muchas veces me dijo, que no se iría de la Liga hasta que hubiera una estatus mía frente al Estadio; al senador Adriano Sánchez Díaz (también presente, a quien llamó “mi primo”), de quien fue la autoría de la pieza legislativa para que el Congreso aprobara la ley de designación del inmueble; al igual que al diputado Marino Collante; al periodista Álvaro Arvelo, Hijo, que siempre promovió este reconocimiento.

“Amigos presentes, es con mucho orgullo y enorme placer que me presento ante ustedes, hoy. Me siento profundamente honrado al recibir esta maravillosa distinción, a casi 60 años de mi debut en este mismo lugar”, dijo en referencia a sus inicios en la pelota dominicana, con su equipo de siempre, los Leones del Escogido.

“Solo agradecimiento, el más profundo y sincero tengo para Dios, de quien he recibido cuanto bien es posible alcanzar en esta vida. Por haberme dado este talento, por darme la certeza de que nada es imposible” acotó.

“Las palabras no bastan para expresar mi gratitud por hacer de este uno de los días más importantes e inolvidables de mi vida”, continuó don Juan, quien a seguidas dijo enorgullecerse de que ser “El Dandy dominicano”.

Sus agradecimientos también fueron para sus amigos y mentores que les ayudaron a alcanzar lo que fue, a su esposa doña Alma, sus hijos y demás familiares, a sus hermanos, especialmente a uno, Gonzalo, “que me enseñó a amar al béisbol”; y a mi amada madre, por permitirme perseguir mis sueños”.

“Por último –y no por menos importante-, a la fanaticada: gracias por mis recuerdos”, exclamó Marichal para recordar a tantos dominicanos, que durante sus días de gloria con los Gigantes de San Francisco, se trasnochaban escuchando sus juegos a través de la radio. Tampoco olvidó a su compadre Billy Álvarez, un ex diputado, quien fuera uno de los primeros propulsores el homenaje que queda concretado ahora.

“Gracias al pueblo dominicano, que quiero decirle, que cada vez que yo subía a la lomita, a lanzar, solamente pensaba en mi país, solamente pensaba en la República Dominicana y que casi siempre había un toque de queda, cada uno con su radito”, reconoció.

Al inmortal del Deporte dominicano, otrora receptor del béisbol amateur, Juan –Piñao- Ortiz, quien en nombre del Ministerio de Deportes presidió un Comité para el levantamiento de la estatua, y quien pronunció el discurso de apertura, Marical le agradeció con un gran de manera singular: “Gracias por esos elogios y te digo la verdad: me hubiera gustado haber tenido un cátcher como tú recibiéndome en Grandes Ligas”.

Se despidió con un “Gracias pueblo dominicano… Creo que hoy será, para siempre, un día inolvidable, uno de los días más alegres de mi vida. He recibido muchas distinciones, pero creo, que ninguna como esta”.

En su introducción, Juan Ortiz dejó saber su parecer, de que Marichal es el más grande atleta que ha dado la República Dominicana en su historia.

Rememoró el orgullo que dijo sentir en 1966, cuando la prestigiosa revista norteamericana “The Times” le dedicó su portada y describió todos los movimientos de don Juan al lanzar, con su pierna levantada, y que en dicha reseña fue cuando lo bautizaron como “El Dandy dominicano”, por la elegancia de la ejecución.

Refirió que Marichal es un orgullo para los dominicanos y para Latinoamérica no solo como el más grande lanzador que fue, sino también al ciudadano ejemplar, responsable con su familia y con la patria, por lo que es el mejor momento para rendirle su homenaje en vida y que merece mucho más.

También agradeció y felicitó a la fundación “Luz y Sombra”, por confeccionar la obra en nombre del Ministerio y el Gobierno, en la persona del arquitecto Juan Gilberto Núñez, quien tuvo el cuidado y esmero de ejecutarla tal como se le recomendó.

Por DiMaggio Abreu

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