1 de mayo de 2011

Papa Benedicto XVI beatifica a Juan Pablo II en la catedral de San Pedro

Frente a millones de peregrinos en la Plaza de San Pedro y las calles aledañas, el papa Benedicto XVI beatificó el domingo a su antecesor Juan Pablo II, en un festejo jubiloso que acercó al amado pontífice a la posible canonización.


Las multitudes en Roma y varias ciudades del mundo estallaron en gritos, aplausos y lágrimas en el momento de develarse una enorme foto de Juan Pablo sonriente sobre la loggia de la Basílica de San Pedro.


"Restauró al cristianismo su verdadero rostro de religión de la esperanza", dijo Benedicto en una homilía que incluyó recuerdos personales del hombre al que aprendió a "venerar" durante casi un cuarto de siglo de colaboración.

Los príncipes herederos de España, Felipe y Letizia, junto con el premier italiano Silvio Berlusconi, el presidente mexicano Felipe Calderón, el líder del sindicato Solidaridad y ex presidente polaco Lech Walesa, así como el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, estaban entre los presentes.


La beatificación busca elevar la moral de una iglesia golpeada por la crisis de los abusos sexuales de menores, pero también ha provocado la indignación de los grupos defensores de las víctimas porque el escándalo se produjo durante el pontificado de 27 años de Juan Pablo

Antes de la misa reinaba un ambiente de fiesta: monjas sentadas en círculo tocaban guitarras y cantaban himnos, hombres alzaban a sus niños sobre sus hombros para que pudieran ver sobre las cabezas de la multitud y grupos de jóvenes católicos agitaban banderas de Argentina, Polonia, Francia y Gran Bretaña.


Con grandes sacrificios económicos, numerosos latinoamericanos llegaron hasta Roma para estar presente en la beatificación de Karol Wojtyla.

Sonia Campos Espinoza vino de Lota, un pobre pueblo minero del sur de Chile, quien se declaró feliz aunque quedó fuera del Vaticano y no pudo ver la ceremonia.

"Vine porque él es mi papa y estoy feliz, aunque no vea la beatificación porque hay mucha gente, pero igual me alegro de estar acá. Estoy súper emocionada, aunque no vea nada. Me siento una bendecida", dijo Campos a The Associated Press.

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