13 de octubre de 2010

Los primeros mineros salen de la tierra en Chile rodeados de emoción

Por Moisés Ávila Roldán (AFP)
Siete de los 33 mineros atrapados en la mina San José habían salido del fondo de la tierra en la fría madrugada del norte de Chile este miércoles, brindado momentos de alegría y emoción en el reencuentro con sus familias tras 69 días de separación.
El emotivo y eterno abrazo del primer minero rescatado, Florencio Avalos, con Byron, su hijo de siete años que rompió en llanto, fue seguido por los familiares de los otros mineros, agrupados en torno al fuego en las afueras de la mina San José, que también lloraron al ver materializarse el milagro.

Ni bien emergió la cápsula con Avalos, de 31 años, se lanzaron globos al aire y llovieron confetis sobre las cabezas de familiares de los mineros y los periodistas en el campamento Esperanza. Hasta 'vuvuzelas' empezaron a retumbar en los alrededores de la mina en fiesta. Ávalos fue seguido en el ascenso por el minero Mario Sepúlveda, y tras él subieron Juan Illanes, el boliviano Carlos Mamani, Jimmy Sánchez, Osman Araya y José Ojeda.

"Me parece que pasó como un año", dijo Elsa Palma, madre de Illanes. Hubo momentos de tensión mientras socorristas y funcionarios esperaban ver salir la cápsula con Avalos, que emergió poco después de la medianoche del martes (03H11 GMT) tras un viaje de unos 15 minutos en un ducto de 622 m de largo y de apenas 66 cm de diámetro.

El segundo recatado, Sepúlveda, iba gritando mientras emergía "Viva Chile, mierda", con una potente voz que se dejaba escuchar hasta la superficie. Apenas bajó de la cápsula comenzó a repartir pedazos de roca que regaló al presidente Sebastián Piñera y a otras autoridades, que trajo en un vistoso bolso amarillo. Luego abrazó eufórico a varios socorristas.
Unos minutos después diría en una declaración a la televisión: "Estuve con Dios y estuve con el diablo. Me agarré de Dios, tomé la mejor mano. Siempre supe que Dios nos iba a sacar". "No nos traten como artistas ni periodistas; quiero que me traten como minero. Quiero morir amarrado al yugo", dijo.

Por su parte, Mamani se arrodilló apenas salió para luego abrazar a su esposa, Verónica Quispe, y a Piñera, quienes portaban la bandera boliviana. "Este es un rescate que no tiene parangón en la historia de la humanidad. Nunca antes se había intentado un rescate así", dijo Piñera, que recibió a los cuatro primeros mineros en la boca del ducto.

El presidente boliviano, Evo Morales, quien había señalado que estaría para la salida de Mamani, lo visitará en el hospital de Copiapó el miércoles, confirmó el cónsul de ese país, Wálker Sanmiguel. La noche del martes estuvo cargada de intensidad: en las últimas pruebas con la cápsula Fénix, para verificar que llegara sin problemas al fondo de la mina, su puerta se golpeó y tuvo que ser reparada. Luego volvió a enviarse de ida y vuelta, y ya no hubo problemas.

Finalmente, el rescate comenzó hacia las 23H20 locales (02H20 GMT del miércoles) con el descenso por el ducto del socorrista Manuel González, que en 16 minutos llegó hasta el fondo y fue recibido por los mineros con abrazos y aplausos. Luego Avalos -estrenando el procedimiento que seguirían los restantes mineros- se puso una ropa especial, ingresó a la cápsula y fue asegurado por González.

Al cabo de unos pocos minutos de instrucciones partió, tras despedirse de sus compañeros. Hubo mucho suspenso hasta que por fin Florencio emergió en la boca del ducto. "El primer minero ya está con nosotros; lo vimos abrazar a su esposa Mónica y a su hijo Byron con una ternura que nos conmovió", dijo Piñera, que también lo abrazó.
Avalos y Sepúlveda fueron llevados en un helicóptero al hospital de la ciudad de Copiapó, para un chequeo general, constató la AFP. Todos los demás tendrán que seguir el mismo trámite. En las afueras del hospital centenares de personas celebraban. El rescate de los mineros ha tenido impacto mundial. La televisión estatal chilena calculó en unos 1.000 millones el número de televidentes que seguían una de las operaciones de rescate más espectaculares de la historia.

El destino de estos 33 hombres, que quedaron atrapados el 5 de agosto a casi 700 m bajo tierra sin que se supiera de ellos por 17 días, se convirtió en una historia apasionante para habitantes de todo el mundo. "Nuestros pensamientos y oraciones acompañan a los mineros, sus familias y los valientes hombres y mujeres que han estado trabajando tan arduamente para rescatarlos", dijo el presidente estadounidense Barack Obama en un comunicado difundido por la Casa Blanca. Mientras, el Congreso de los Diputados español se congratuló "por el éxito de las operaciones de salvamento de los 33 mineros chilenos".

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